domingo, 29 de octubre de 2017

Y qué más da

Otro amanecer más para mi cara,
otra mañana menos de oficina.
Otro amor eterno
que es arena entre mis dedos,
otros ojos miel y menta
que atraviesan mi retina opaca.

         Y qué más da.
                   Si no lo voy a contar.

Mira cómo juega mi pie con la distancia
a un milímetro del tuyo.
Me dejé los halagos a tu pelo
en el disfraz de poeta muerto.
Mueves las mareas con el flujo
de tu pensamiento rudo y lento.

         Y qué más da.
                   Si no lo voy a cortar.
                            En seco.

He vuelto a mirar un reloj que no necesitaba,
he vuelto a sentirme viejo
         bajando por el tobogán.
He vuelto a saborear el zumo fresco
         de un cuello selvático de árido calor
y me ha sentado mal la lava helada.

         Y qué más da.
                   Si no lo voy a recordar.

Otro tren se va por el túnel de anteayer,
otra caricia se disipa antes de tocar la piel.

Mira cómo caminamos si dejamos de pensar.
Me dejé el anillo en el pasillo de embarque.
Mueves mi flujo con tu marea silente y mate.

He vuelto a segregar el agravio al regalo
         mientras sonreía,
he vuelto a perder lo inasible por no querer.

         Y qué más da.
                   Si no lo voy a contar
                            Mañana.
        
Y qué más da.
                   Si no lo voy a cortar en seco
                            con un beso.
        
         Y qué más dá.
                   Si no lo voy a recordar.
                            Mañana.


Otro mañana menos.
Otro amanecer más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario